Me gusta mucho el color amarillo, aunque no me quede muy bien, rompí mi pedazo de maldad, alguien vio en las lunas de mi labio un mundo rojo de esperanzas, volvieron a mí las aves, y volvió Dios a mí sin esperanzas, ¿no tienes vida, nada para mí ahí adentro?, no importa cuando ruegue, cuanto llore, o cuanta esperanza guarde, no somos nosotros, soy yo, solamente yo, cuento cada noche la suma de sus palabras y siempre sale uno, esa palabra, ese número, esa soledad...y no importa las cartas de amor del viento, no importa quien vea en mis ojos la luna y el cielo, son sólo ceros y unos, como Dios que es igual a todos, puro vacío, pura mentira, seguiré haciéndome a tonta, a la que no le importa, hasta que a alguien se le ocurra dibujar en mi mano el sol.
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